Yoga en la playa:
En sus orígienes el yoga se practicaba al aire libre, cerca de la naturaleza. Empezar o acabar el día con una sesión de yoga viendo como sale o se pone el sol escuchando el murmullo de las olas y contemplando la inmensidad del mar es un regalo para nuestros sentidos y nuestra salud. Al finalizar una sesión de yoga en la playa consigues que tu respiración sea más profunda, tu cuerpo esté más en forma, tu mente más tranquila y consigues la serenidad en tu vida.
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